Marcos Faccio

Artista plástico y visual, residente en España desde el año 2000.

En el año 1988 comienza a exponer sus pinturas y dibujos, realizando instalaciones o performances de forma individual. Ha participado en muestras colectivas en Argentina, México, Costa Rica, Japón e Italia.

Su formación ha sido en varias etapas y lugares. En Argentina a los siete años y durante seis cursos se formó en la Academia de dibujo y pintura. Es delineante y estudió en la Escuela de Audiovisuales en Argentina. Realizó un taller de pintura en Florencia (Italia).

Es Historiador del Arte por la Uned Alzira Valencia. Cuenta con numerosos cursos, consciente de que la formación permanente es enriquecedora. Con respecto a su forma de trabajar, técnicas, etc. es multifacético en su taller, trabaja desde las técnicas tradicionales hasta el arte digital.

En cuanto a su obra, posee un aparente lenguaje clásico pero plasma un discurso contemporáneo, ya sea con el óleo a la manera greca, los acrílicos y la técnica mixta. Con su particular forma de pintar, se le puede apreciar como muy detallista o con pinceladas expresivas, recreando o imaginando seres ideales que nos cuentan algo en secreto.

Trabaja grandes formatos o miniaturas, desde las acuarelas hasta los murales, e incluye nuevos medios a los procesos creativos tradicionales. En sus mensajes se aprecian el compromiso y la responsabilidad. Compromiso por los derechos de los seres humanos, por la diversidad, haciendo un epinicio al respeto.

A través de sus experiencias, el artista despliega una crítica irónica y con humor hacia temas que parecen comunes en esta sociedad. Faccio nos invita no sólo a una contemplación estética, o desinteresada, sino a reflexionar como él lo hace sobre estos tiempos algo convulsos, con una guerra cruel en Ucrania, y las víctimas del Covid, pero también ahonda en la violencia, ya sea de género o de cualquier índole.

Un artista que se inspira en el Renacimiento y el Manierismo, y en la Antigüedad, pero que está atento a la realidad, siempre entusiasmado de que su obra sea un vehículo de sensaciones y que además traduzca su estética personal en imágenes.

Temas como el ego, las nuevas formas de relacionarnos, del Ser como algo a veces tan frívolamente “existencialista”, o la otredad, se manifiestan en sus pinturas y que se pueden apreciar en El Cau del Roure, con seis obras de diferentes tamaños y técnicas, algunas realizadas en el comienzo del confinamiento, cuando el artista se encontró sin materiales, utilizando un acrílico blanco, moliendo acuarelas para continuar pintando, sin interrumpir su arduo trabajo de casi cuatro décadas.